domingo, 18 de noviembre de 2012

por aquello del misterio

de Nuria D. Valero


Vénganme guadañas afiladas,
véndanme a dos hienas insaciables.
Y que no lo aguante.
Válgame la vida dos reales.

Y que no lo aguante
y que me saquen lo más triste
clavada mi alma llena de ojos
en los carretes de funerales intestino grueso.

Como si de un almacén embargado
aviado de viejos polvos y turistas
de subastas clandestinos torpes,
por aquello del misterio.

Tírenme a un río sin cauce
pero que lo llamen río
como a mí mujer, amante,
de donde mueran los peces.

Si es esto, si es todo esto,
que llegado el momento,
por aquello del misterio,
názcanme algas de la boca.

Si sólo, si es todo esto,
márchenme primero los orgasmos
pero que los llamen muerte.
Y después, que no lo aguante.

1 comentario: